Orientaciones
para el uso del criterio en la restauración.

El criterio,
enfocado a la restauración de arquitectura, reúne –o debería reunir- las dos
acepciones de la palabra. En efecto, el que la afronte tendrá, primero, que
profundizar lo más posible en el conocimiento de aquello sobre lo que va a
trabajar y, sólo después, deberá discernir la opción que juzgue más adecuada.
Ese es el auténtico uso del criterio, ya se aplique a la restauración o a
cualquier otro campo.
Sin embargo,
cuando oímos hablar de criterios de restauración hay que entender que a lo que
se hace referencia, muchas veces, es a opiniones o incluso gustos sobre
restauración. A cualquier opción producida por un impulso arbitrario se la
escuda enseguida tras el parapeto intocable del criterio.
Si la
restauración de arquitectura viene siendo con frecuencia, por desgracia, una
excusa para la invención, hay también abundantes ejemplos en los que se aborda
esta disciplina con rigor, conocimiento y tiempo para la reflexión; esto es,
con criterio. El criterio entendido no como opción personal o ligada a
determinada escuela, sino como sistema de investigación y deducción.
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